La pandemia, un agujero en el lazo social. El trabajo en red, una respuesta

Resumen

La pandemia está produciendo efectos muy importantes en nuestros modos de habitar el mundo; en el lazo social; en nuestros cuerpos, entendidos no como meros organismos, más bien como el lugar donde se alojan y manifiestan nuestros afectos. De hecho, lo más real de lo que está ocurriendo no es el virus, son sus efectos en la subjetividad, y por tanto en el malestar de una civilización que ha despertado con su propio trauma. Que ha despertado del sueño de que era posible vivir negando que la vida es sólo contingente. Encontrar respuestas que se orienten en la vivificación del lazo social y en los modos de intervenir profesional es una decisión ética. El trabajo en red, es una de ellas.

Ante la repetición compulsiva, la soledad, la incertidumbre y los graves malestares que la época nos presenta, el trabajo colaborativo en el ámbito ciudadano y el trabajo en red en ámbitos profesionales son una respuesta posible. Hemos constatado que con esta experiencia (de conversación; de corresponsabilidad; de apuesta por precisar y darle dignidad a la particularidad; de desjerarquización del saber) se generan espacios y tiempos de colaboración que contrarían servidumbres voluntarias y malvivires diversos.

El trabajo en red se ubica en una lógica acorde al lazo social: la lógica cuestión-respuesta. Una lógica que en lugar de pensar las cuestiones humanas como un problema, las piensa como un interrogante. Interrogante que, como nos hace saber el psicoanálisis, es condición misma de cualquier aprendizaje, de rectificaciones subjetivas, de deseo de vivir.